26 de octubre de 2010

Tiene pelotas el tema...

Hay noches que me desvelo y, entonces, recurro a mi mp3 para que me acompañe en esos momentos de insomnio. Normalmente escucho la música que he seleccionado para semejante menester: Maná, Luis Miguel, Ennio Morricone, Los Secretos...(La edad)

Otras ocasiones opto por escuchar la radio e ir enterándome de lo que pasa en este bendito mundo. Aunque esto es bastante peor, pues la mayoría de las veces ya me desvelo del todo y amanece antes de que vuelva a conciliar el sueño. Normal, dadas las noticias que van llegando en los últimos tiempos.

Pero hoy, en lugar de ir recuperando el sueño, las declaraciones de un encumbrado entrenador de fútbol-del cual dicen que es "isimo", "isimo"- han dado al traste con mi propósito. La verdad es que cuando habla, le pillo más bien poco. Pero esta madrugada le he captado el mensaje completo. ¡Qué cosas!

-El que juegue mal en la Copa, no jugará en la liga. Se quedará en el banquillo, ha dicho casi en un perfecto castellano.

Alucinaita me han dejado sus palabras. ¿Cómo era posible que se estuviera refiriendo de ese modo a profesionales con esas cifras en sus fichas tan "isimas"? (Abultadísimas, altísimas, carísimas, etc,etc)

Rápidamente he hecho una composición de ideas y me he acordado de mi madre cuando me decía:

-Si no terminas las lentejas no hay calle. Cuando salgas del colegio, derechita a casa.

Mis pesadilla con esas legumbres ya comenzaban la noche anterior; después de cenar, mi madre nos llamaba a filas (sólo a las mujeres de la casa) y nos distribuía en torno de la mesa camilla en donde ya nos esperaba una montaña de esos granos redondos y planos marronzuelos para ser separados de unas piedrecillas como diminutos perdigones y algún que otro hollejo que había perdido su valiosa carga y que las acompañaban-si les dejábamos-hasta el puchero.

Siempre me quedaba la última en la mesa. No podía con ellas. Y el cara de mi hermano, que ni las "elegía" porque era cosa de chicas, se las echaba al coleto como un marajá, pues le encantaban.

-No vayas escurriéndolas, me vociferaba mi progenitora desde la cocina. Cuando traigas el plato se le tiene que ver el fondo. Las últimas cucharadas ya las daba con unos enormes lagrimones que surcaban mis mejillas...Y me las terminaba, y tanto que me las terminaba. Porque si no esto...aquello.

Lo mismo que a estas estrellas del balón. No han de jugar bien por vergüenza torera, ni por lo que se les paga cada año. Ni tan siquiera por la afición que al fin y al cabo son los que se dejan los euros en las taquillas. Han de jugar bien porque si no, se van castigados al banquillo a ver jugar a sus compañeros. (Ahí si duele) ¿De verdad es un estímulo que se les amenace como a unos niños? Eso es por lo menos lo que a mí me ha parecido la frase. Esta noche me voy a molestar en enterarme cómo han jugado. Y a ver quien se ha dejado las lentejas en el plato. Igual va y le funciona al Mister la idea.

Pues mira, eso voy a preparar mañana para comer, unas ricas pardinas de Palencia. Me acaban de apetecer. Porque son ricas en fibra, hierro, proteínas y vitaminas. Por lo menos eso me decía la señora Paula, mi madre. (Así la llamábamos en secreto mis hermanos y yo cuando se ponía intransigente)

Aún tuve suerte. Lo del banquillo, a ella, no llegó a ocurrírsele. Ni se sabe el tiempo que yo hubiera permanecido en él. Ni las veces...

Maat

Os dejo una de mis canciones preferidas, de esas que me acompañan en las noches en blanco.


23 de octubre de 2010

Gigantes

Vivimos una época en la que los hombres más humildes se están volviendo más grandes que los más grandes de épocas pasadas. Lo que antes nos preocupaba hoy ya no tiene importancia y lo cubre el velo de la indiferencia. Los hermosos sueños que en un tiempo rondaron nuestra conciencia se disiparon como la niebla. En su lugar hay gigantes que se mueven como tempestades, braman como mares y respiran como volcanes.

¿A qué destino conducirán al mundo esos gigantes cuando terminen sus luchas?

¿Cuál será el destino de tu país y el mío?

¿Qué gigante se apoderará de las montañas y valles que nos vieron nacer y hacernos mujeres y hombres?

¿Quién de vosotros no escudriña día y noche el destino del mundo regido por los gigantes intoxicados con lágrimas de viudas y huérfanos?

KHALIL GIBRAN

6/1/1883--10/4/1931

20 de octubre de 2010

Este jueves un relato: Robótica


Empiezo a estar arrepentida del dinero que invertí en alguno de los Robots Humanoides que adquirí en la pasada feria de la Robótica. Aunque reconozco que no todo es negativo. Os cuento.

Esta mañana, el día amaneció con temperaturas muy bajas para lo que estamos acostumbrados por aquí. El aire fresco se colaba por cada rendija de la ventana de mi dormitorio y, acurrucada en mi cama, he querido holgazanear un rato. Me ha sido imposible. A su hora programada, mi robot doméstico se ha colado en mi habitación y me ha dado un gran susto. No termino de acostumbrarme a esos azulados ojos que me escudriñan cada nueva mañana. He tenido el tiempo justo de brincar por el otro lado del lecho y, cuando aún no había puesto los pies en el suelo, los articulados brazos fuertes de "Pelos tiesos" ya ahuecaban en el aire mi delicada almohada de plumas de cisne blanco.




Resignada, he decidido darme una buena ducha para recuperar mi norte mañanero. También he sufrido algunos inconvenientes. Apenas me había desprendido de una de las mangas de mi bonito pijama de flores malva, la voz estridente y metálica del susodicho robot ha comenzado a recitar: te sobran taitantos kilos, te sobran taitantos kilos...y claro, no he tenido más remedio que, al grito de cállate so artefacto, echarle la puerta del baño a los tornillos morreros, consiguiendo que se quedara mudo en seco. ¡Posiseñor!

Enfundada en un confortable albornoz de rizo en suave algodón , me he dirigido al despacho y después de comprobar que mi desayuno estaba preparado y en el ordenata ya aparecía la primera página de mi periódico preferido (el que sólo incluye buenas noticias) y sobre todo, recuperada ya del susto, no he tenido más remedio que sentirme condescendiente con Pelos Tiesos y hemos firmado la paz...

No he tenido la misma suerte con la robota "Perejila". Sus sensores de entrada no acaban de dar paso a los nuevos menús otoñales. Sigue preparándome cada día ensaladas de pasta y diversos platos fríos. Su inteligencia artificial no acaba de asimilar las secuencias nuevas y hace un par de días, después de programarle para que realizara un apetitoso cocido madrileño, me tuve que conformar con una sencilla -pero exquisita, todo hay que decirlo- sopa de ajo castellana. Tendré que programarla nuevamente a través de su regenerador y, aunque es muy suya, espero conseguirlo. Si todo fuera como su físico...Pero ha salido con la mecánica dura. Muy dura.





Afortunadamente tengo a "Hugnoide".


Los días que se me ponen difíciles robóticamente hablando, me invita a pasear y a ir de tiendas. No sé cómo lo hace ni contra que cuenta la carga-ni me importa-pero utiliza una Visa para pagar mis compras a la que jamás se le termina el saldo. Como os decía al principio, no todo es negativo en estas nuevas tecnologías. Y tan sólo estamos al principio del camino. Seguro que vendrán tiempos mejores. Y más ahora, que hemos tenido una remodelación en el gobierno. Eso sí, procurad no caer enfermos...

P.D. Sin querer he regresado al mundo de los hombres. Y de las mujeres, Aido, y de las mujeres. Tu ministerio, aunque suprimido, me ha dejado su impronta.

Por invitación de Tésalo, Gus y Verónica, más Robótica en:

http://callejamoran.blogspot.com/

Maat

17 de octubre de 2010

Encuentro en Castellón

El de ayer, fue un día que recordaremos con gran cariño. Era la fecha que preparamos con ilusión para encontrarnos en territorio de Vero (Castellón) un grupo de conocidos a través de nuestros respectivos blogs y participantes de "Este jueves, un relato", espacio que Gustavo se encarga de dirigir cada semana mientras su creador TÉSALO pueda volver a hacerse cargo del mismo.


A Tag y Alfredo ya los conocía en persona. Fue gracias a otro de estos encuentros que realizamos hace año y medio y a los que considero ya mis amigos. Luna, que también conocí en aquella fecha, no pudo reunirse con nosotros ayer, pues una inoportuna gripe la dejó "tumbada". Tranquila, Maruja, tú ponte buena y ya verás como vamos a tener más oportunidades...

El viaje de Valencia a Castellón lo hicimos en un flamante Mini que la hija de Alfredo puso a nuestra disposición. Con una música de fondo muy agradable de esa que nadie como el habitante de La Plaza del Diamante sabe seleccionar, y la conversación siempre agradable y divertida de Tag, el trayecto se hizo muy ameno.

Llegamos al punto de encuentro a la hora prevista. En un primer atisbo, no vimos a ningún bloguero. Un poco más adelante, alguien observaba a nuestro pequeño grupo.

-Ahí hay una chica con mochila que nos mira-apunté

-Parece Mar- contestó Alfredo que la reconoció enseguida.

Me dirigí hacia ella...

-¿Eres Mar...?

-Siiiii

Me presenté y llegaron los primeros besos...

Los cuatro nos sentamos en una terraza próxima para esperar al resto del grupo. Mar había llegado con una rodilla endolorida y vendada fruto de una caída reciente.

A los pocos minutos llegaron Natalí, Vero y sus respectivas parejas. Mar los reconoció de lejos y comenzó a agitar sus brazos en señal de: estamos aquííííííí.

Más besos, más presentaciones y más alegría compartida. Una gozada.







Inundados por el sol que lucía en Castellón esa mañana, nos dirigimos paseando, hacia el Restaurante donde íbamos a comer todos juntos.

Empezamos con unos exquisitos mejillones que nadaban en una salsa "de mojar pan".(Lo hicimos)

Después llegaron unos sonrosados salmonetes que estaban...para comérselos. Deliciosos.

Entre plato y plato llegaron las primeras fotografías. Natalí sumergía inútilmente su mano derecha en el remolino de su amplio bolso beig, pero no consiguió encontrar su cámara...



(Mar, Tag, Natalí y Vero)

Cuando más enzarzados estábamos en la conversación, un amable camarero llegó con nuestra paella de "Arroz a banda". (De este plato os hablaré próximamente)

Estaba realmente delicioso. Dimos buena cuenta de él y algunos...hasta tomaron un segundo plato.

Los postres estuvieron a la altura del resto del menú, intachables.

Natalí tuvo un detalle que me hizo mucha gracia. Después de "sufrirse" un mousse de chocolate, pidió sacarina en el café.

-Para no sumar- me dijo, en ocurrente respuesta a mis risas.

Nos acercamos hasta el puerto para dar un tranquilo paseo. Mar se quedó despagada porque tenía ilusión de "tocar la arena" de la playa, pero ésta, quedaba algo alejada. ¡Otra vez será!

Nos hicimos fotos del grupo como recuerdo de este placentero encuentro.


(Alfredo, Mar, Tag, Natalí, Vero y Maat)

Nuestro día casi tocaba a su fin. Los últimos minutos los pasamos sentados en el paseo que bordea el puerto apurando nuestra postrera conversación. Un buen número de barcas, atracadas delante de nosotros, se mecían en las tranquilas aguas del mar, mientras una agradable brisa ya competía con el calor otoñal de los rayos del sol.

Los besos de bienvenida del encuentro mañero los acompañamos en la despedida con efusivos abrazos. Os aseguro que esto de poner voz y cuerpo a personas con las que tan sólo te relacionas virtualmente, emociona de una forma especial. ¡Palabra!

En el viaje de regreso, Tag se puso algo peor. El esfuerzo que hizo para pasar el día con nosotros a pesar de su "trancazo" le pasó factura. Por eso, desde estas líneas quiero agradecerte el sacrificio que hiciste por estar allí. Deseo que te recuperes lo antes posible. Tenemos que planear el próximo encuentro...y ya hay ciudades candidatas.

Gracias a todos por este entrañable día. Ferrán y Xoan se sumaron al grupo con la misma cercanía que Natalí y Vero. Y mi agradecimiento especialmente a ti, Alfredo. Conduces como lo que eres, un caballero. Espero que en el próximo encuentro tu esposa Regina pueda acompañarnos. Un trabajo imprevisto, ayer no le dejó hacerlo.

Pero seguro que no van a faltarnos oportunidades...

Abrazotes a repartir.

Maat

16 de octubre de 2010

Día Mundial de la Alimentación




El 16 de Octubre de 1945, en la ciudad de Quebec, se fundó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con el fin de "ayudar a construir un mundo sin hambre".


Dicha Organización, en Reunión General celebrada en Noviembre de 1979, deciden establecer el Día Mundial de la Alimentación, cada 16 de Octubre. Su fin primordial es concienciar a todas las poblaciones sobre el problema alimentario que sufren millones de personas. En la actualidad, mil millones de seres no disfrutan del derecho de todo individuo a una alimentación básica. De cada seis personas, una, carece de los alimentos básicos para subsistir.

Desde nuestras posibilidades, que cada cual ayude de la forma en que crea conveniente. Cerca de nosotros, seguro que encontramos los medios de paliar un poco esas carencias. Muchos pocos pueden convertirse en un mucho. ¿No os parece?


Maat

11 de octubre de 2010

Octubre

Estaba echado yo en la tierra, enfrente
del infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente.

Pensé arrancarme el corazón, y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno;

a ver si con romperlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.


JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

9 de octubre de 2010

9 de Octubre: Día de la Comunidad Valenciana


A todos los valencianos y, a quienes viniendo de otras tierras buscando una vida mejor os sentís como parte de nuestra querida Comunidad...¡Felíz día!
Maat

3 de octubre de 2010

Parábola del árbol



Todo aquel artificio de que antaño hice gala,
ya no inquieta mi anhelo, cada día más puro:
Tras la ciencia del trino vino el golpe del ala;
bajo el frágil follaje cuajó el fruto maduro.

Abrí surcos de arena con un gesto de audacia,
con el gesto de un río que logró ser torrente;
y hoy se yergue en mis surcos una espiga de gracia,
y el torrente se aquieta con ternuras de fuente.

Y es que al cabo me nutro de la savia divina,
y ya sé lo que valen la raíz y la fonda,
porque he visto que el árbol poco a poco se empina,
y, a medida que crece, su raíz es más honda.

Y por eso en las brisas ya no fluye mi trino,
pues mis alas prefieren abarcar más distancia;
y, a manera de un árbol en mitad de un camino,
doy a todos un poco de quietud y fragancia.

Si los vientos sacuden mi verdor, no me inmuto.
Si algún hacha me quiere derribar, no me asombra.
Y hundo mis raíces, para así dar más fruto,
y alzo más mis ramajes, para así dar más sombra.

JOSÉ ÁNGEL BUESA