19 de mayo de 2010

Me basta así


Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a t;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto si estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras de pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego-callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo.
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)

ÁNGEL GONZÁLEZ





17 de mayo de 2010

Mi sueño no tiene sitio


Mi sueño no tiene sitio
para que vivas. No hay sitio.
Todo es sueño. Te hundirías.
Vete a vivir a otra parte,
tú que estás viva. Si fueran
como hierro o como piedra
mis pensamientos, te quedarías.
Pero son fuego y son nubes,
lo que era el mundo al principio,
cuando nadie en él vivía.
No puedes vivir. No hay sitio.
Mis sueños te quemarían.

MANUEL ALTOLAGUIRRE

15 de mayo de 2010

Poema del renunciamiento


Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y, al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte...y jamás lo sabrás.

Soñaré con el nácar virginal de tu frente;
soñaré con tus ojos de esmeralda de mar;
soñaré con tus labios desesperadamente;
soñaré con tus besos...y jamás lo sabrás.

Quizás pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amaré más que nunca...y jamás lo sabrás.

Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-el tormento infinito que te debo ocultar-.
te diré sonriente: "No es nada...Ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima...y jamás lo sabrás.

JOSÉ ÁNGEL BUESA


13 de mayo de 2010

Este jueves, un relato: Nombres



Al leer la propuesta de esta semana en el blog de Gustavo http://callejamoran.blogspot.com/, decidí relataros la simpática anécdota familiar que envolvió la designación de mi nombre de pila.


Cuando mi madre recibió los primeros avisos de mi llegada, nadie esperaba, ni por asomo, que la familia pudiera aumentar. Mi padre, prácticamente acariciaba la cincuentena y fue el que más celebró la buena nueva. Mis hermanos mayores, veinteañeros, tardaron en asimilar el hecho, y para la que hasta entonces había sido la pequeña y mimada de la familia, fui un golpe bajo.

Pero mira por donde que mi futura presencia iba, de entrada, a solventar un problema que en el seno de mi familia se había estancado desde el mismo momento que a mi hermana- la del golpe bajo- le pusieron de nombre María del Pilar. Y os lo explico.

En mi hogar, teníamos la clásica tía mayor, soltera, con cierto protagonismo en los asuntos familiares. Era una persona con profundas convicciones religiosas y, como buena extremeña, devota de Nuestra Señora de Guadalupe. Ya intentó que a mi hermana mayor le pusieran este nombre, pero mi padre, al ir al juzgado, la inscribió como María del Carmen, quiero imaginar que con el beneplácito de la madre de la criatura. Tuvieron sus más y sus menos cuando mi tía conoció la noticia, pero mi progenitor, con mano izquierda, la convenció de que, al fin y al cabo, le habían puesto el nombre de otra Virgen, y que todas las advocaciones se referían a la Madre de Dios. Y parece que coló...

Luego vino un varón. Y llegaron tres nombres para él: Vicente, Luis, Eusebio. El primero, para seguir la tradición familiar, el segundo, me imagino que fue para alagar a la tía, quien presumía de un nombre compuesto: Balbina Luisa, el tercero, en honor del abuelo...

Con la llegada de la siguiente niña, parecía estar claro el nombre que iba a recibir. Pero tampoco. Fue inscrita como María del Pilar y ahí comenzó el conflicto. De nada sirvieron las explicaciones. Esta vez no coló ninguna de ellas. Y ante lo irremediable de la situación, la señora Balbina Luisa comenzó y -amenazó que para siempre- a llamar a mi hermana "Encarnita". Y lo cumplió.

La condescendencia que mis padres tuvieron con ella fue infinita. Hasta que yo llegué...

Mis tres hermanos eran pelirrojos y de piel muy blanca. Cuando yo nací, mi tez era morena, como si viniera de tomar el sol en una playa caribeña, y mi pelo era largo y negro azabache...

-Es morena, como la Virgen de Guadalupe...-musitó mi tía asomándose a la cuna.

Por aquellos días, mi padre hubiese sido capaz hasta de subir en globo si alguien se lo hubiese pedido.

Recibí las aguas bautismales con el nombre de María de Guadalupe. Nombre que acorté con mis primeros balbuceos, dejándolo en un escueto "Pupe". Así me llaman todavía en el entorno familiar.

A mi hermana María Pilar, nunca más volvieron a llamarle Encarnita.

Maat





12 de mayo de 2010

Un nódulo real


Llevo un par de días intentando soportar el mal cuerpo que el trato de un hecho reciente me está produciendo. Me estoy refiriendo a la vehemencia con que los medios de comunicación están cubriendo la noticia del paso del rey Juan Carlos por el quirófano, para que le fuera extraído un nódulo que tenía alojado en un pulmón. La sorpresa casi no creó preocupación porque el resultado de que era benigno llegó con una rapidez extrema. Todo tranquilo. Las crónicas a pie de calle desde la misma puerta del hospital o los comentarios desde las emisoras, tanto de radio como de televisión, eran exultantes. El mensaje, repetitivo, era que "afortunadamente" el paciente real no padecía un cáncer.

Ya sé que es motivo de alegría. Pero la justa. Sin pasarse. Porque lamentablemente, hay mucha gente, viendo la televisión, escuchando la radio, leyendo periódicos, que sí están padeciendo la enfermedad y el mensaje que debe llegarles es otro. El padecer un cáncer no es el fin del mundo. Se sale. Y, cada día, el índice de victorias a esa enfermedad es mayor. En mi familia tengo varios casos. Mi hermana la mayor-octogenaria- ha superado recientemente un cáncer de mama. Uno de mis cuñados ha luchado como un jabato contra un cáncer de colon y lleva más de un año haciendo vida normal. Tan normal, que se ocupa, junto a su esposa, del cuidado de tres nietas en el horario laboral de sus padres. ¡Que ya es estar bien! Hace poco más de un mes, a mi cuñada, la persona con más bondad de cuantas he conocido en mi vida, le tuvieron que extirpar un pequeño tumor en el intestino grueso. El resultado de la biopsia no fue cuestión de horas, sino de días. Y ya ha comenzado su tratamiento. Las perspectivas parecen favorables y ahí estamos.

La vida continua y hay que seguir el ritmo al compás de su música. Aunque unas veces es más difícil que otras, lo importante es mantener la pasión por el baile. Por la vida.

Maat

8 de mayo de 2010

Retomando la marcha



El pasado día cuatro, por fin, me dieron el alta médica. Pero con algún matiz. Quedan tan sólo un par de semanas de evitar esfuerzos bruscos y levantar pesos y...a retomar la marcha. El sacrificio ha valido la pena pues a base de obedecer las indicaciones que me hicieron -no ha sido fácil- todo ha ido bien y no se han presentado complicaciones. Un último impulso y podré gritar eso de: "Prueba superada".

Agradeceros, una vez más, las muestras de afecto que me habéis dispensado. Os aseguro que, sentir el cariño de las personas que te rodean-real y virtualmente-ha sido una de las mejores medicinas administradas durante estos días de convalecencia.

El pasado sábado, no pude resistir la tentación de romper ese reposo impuesto y acudir a una exposición de orquídeas que se celebraba en el Jardín Botánico de Valencia. Me alegré de hacerlo. El espectáculo fue una verdadera maravilla. Tomé unas fotos-con alguna dificultad por el gentío- y aquí os las dejo. Espero que sean de vuestro agrado.


























Entusiasmada por lo que acaba de admirar, tuve la osadía de adquirir, en dicha exposición, un esqueje de orquídea y tratar de cultivarlo en casa. Con unas pequeñas instrucciones recibidas , un poco de ilusión y esta "cosita", me vine a casa...



El primer paso era adosarlo a un pedazo de corcho con un alambre que no le presionara mucho. Rescaté de la caja donde guardo el Belén un pedazo de dicho material y los convertí en inseparables. Cada dos días tengo que pulverizarle agua-sin cloro- en sus desnudas raíces y a esperar que vaya creciendo...


¿Conseguiré que este esqueje se convierta en una preciosa Cattleya? Así es como se llama este proyecto de flor...



Os aseguro que, de lograrlo, la primera sorprendida seré yo. Os mantendré informados.

Maat

6 de mayo de 2010

Este jueves, un relato: "El regreso"



Unas gestiones personales me llevaron hasta la zona de Ruzafa, en pleno centro de Valencia. El deseo imperioso de pasear por las calles en las que discurrieron mi infancia y adolescencia se abrió paso desde lo más profundo de mi sentir y, simplemente, me dejé llevar. Cada vez que regreso a esa Gran Vía del Marqués del Turia, mi memoria se salpica de entrañables recuerdos. Me di un garbeo por los alrededores del edificio donde estaba la casa en que nací, y busqué un lugar adecuado desde el que poder disfrutar del viento lejano de rostros, de los que fueron mis compañeros de juegos, travesuras y primeros amores.

Me acomodé en uno de los bancos del primer tramo de jardín. Justo enfrente de lo que fue mi hogar. Solamente sigue intacto en ese entorno la escultura dedicada al "Llauraoret", que muestra inexorablemente las huellas que el paso del tiempo ha ido tatuando en su ajada silueta. Era uno de nuestros lugares preferidos. Decenas de "parotets" acudían cada tarde a cazar mosquitos, abejas, moscas o pequeños renacuajos en el agua estancada a los pies de la figura . La mayor ilusión de la chiquilleria -que gozábamos de su presencia- era el poder capturar algún ejemplar cuando se posaban en las estilizadas ramas verdes que nacían en el húmedo macizo que bordeaba al monumento. Mis preferidos eran los de color azul eléctrico. Pero nunca fui capaz de aprehender a ninguno de ellos. Me fascinaba comprobar como, en una posición casi estática, engullían al vuelo los diminutos insectos que revoloteaban a su alrededor. Era casi mágico.

En ese mismo lugar, un numeroso grupo de palomas urbanas, picoteaban entre la arena del jardín buscando quien sabe qué. Sentada en el banco, pude comprobar su convivencia con los pocos peatones que, a esa hora, transitaban por la Gran Vía. Tampoco habían niños jugando en la calle. La algarabía que mis amigos y yo montábamos en nuestras horas de juegos al aire libre, ha sido sustituida por el contaminado rugir de los motores de los coches que circulan sin descanso. El progreso, me dirían algunos...

Decenas de simpáticas anécdotas vinieron a mi mente en el pequeño espacio de tiempo que dediqué a rememorar unos años que, sin duda, marcaron nuestras vidas. Y en los que fuimos felices. Muy felices. Creo que el secreto de ello fue que nos dejaron ser niños. Nos permitieron que viviéramos en nuestro mundo de ilusiones y fantasías. Un mundo al que, según va pasando el tiempo, me gusta regresar mentalmente para comprobar el bagaje que llevo en la gabarra que navega por el río de mi vida.


* Llauraoret. Diminutivo cariñoso de labrador, en valenciano.

*Parotet. Libélula, en valenciano.


Maat


Encontraréis más "regresos" en el blog de Gustavo

http://callejamoran.blogspot.com/2010/05/una-convocatoria-literaria-este-jueves.html

3 de mayo de 2010

Lo que queremos nos quiere



Lo que queremos nos quiere
aunque no quiera querernos.
Nos dice que no y que no,
pero hay que seguir queriéndolo:
porque el no tiene un revés,
quien lo dice no lo sabe,
y siguiendo en el querer
los dos se lo encontraremos.
Hoy, mañana, junto al nunca,
cuando parece imposible
ya,
nos responderá en lo amado,
como un soplo imperceptible,
el amor
mismo con que lo adoramos.
Aunque estén contra nosotros
el aire y la soledad,
las pruebas y el no y el tiempo,
hay que querer sin dejarlo,
querer y seguir queriendo.
Sobre todo en la alta noche
cuando el sueño, ese retorno
al ser desnudo y primero,
rompe desde las estrellas
las voluntades de paso,
y el querer siente, asombrado,
que ganó lo que quería,
que le quieran sin querer,
a fuerza de estar queriendo.
Y aunque no nos dé su cuerpo,
la amada, ni su presencia,
aunque se finja otro amor
un estar en otra parte,
este fervor infinito
contra el no querer querer
la rendirá, bese o no.
Y en la más oscura noche,
cuando
desde otra orilla del mundo,
la bese el amor remoto
se le entrará por el alma,
como un frío o una sombra
la evidencia de ser ya
de aquel que la está queriendo.

PEDRO SALINAS



2 de mayo de 2010

Día de la madre


FLORES Pictures, Images and Photos





Mamis, ¡Feliz día!


Hoy he recibido vía mail, una invitación para leer un texto que lleva a una reflexión. Os dejo el enlace por si os apetece dedicarle unos minutos:

http://webcatolicodejavier.org/mimadremimejoramiga.html



Maat